Javier Muñoz

La palabra es el poder de robarle clientes a las novelas de televisión. La oralidad es la magia de crear un teatro lujoso cuando contamos desde la calle, y es la magia de crear una calle cuando contamos desde un teatro lujoso. La escena, la oralidad y la palabra se toman los espacios del universo, crean lo que solo se crea en la mente de quien escucha, y hacen reír, llorar y pensar a un público causante de que la palabra siga existiendo ¿Entendí?

Este hombre, de apariencia agresiva por su cuerpo fisiculturista, viajó de pueblo en pueblo hasta quedarse en un pueblo más grande: Popayán. Desde hace dos años se lanzó al ruedo como narrador, y aunque le temblaba hasta el uñero del pie derecho, fue aceptado por un público que ahora lo espera en diferentes funciones.

A la hora de narrar se identifica porque no te cuenta, sino que te habla como si fuera una reunión familiar (De las que se hacían millones de años antes de que saliera la televisión) En la escena se caracteriza por la frescura con la que habla de las cosas cotidianas, las analiza, crea todo un cuento y, aunque tengan algo de comedia, muchas de ellas hacen reflexionar sobre la realidad que nos tocó vivir. Aunque de vez en cuando hace una excepción, es feliz contando en primera persona, porque como le aprendió un narrador de bastante experiencia “las mejores historias para contar son las que uno mismo vive”.

Aparte de la narración, este servidor lleva 7 años como recreador, ya ‘casito’ se gradúa de Comunicador Social Periodista, es locutor y productor en algunos programas de Unicauca Estéreo 104.1.

Este hombre, de apariencia agresiva por su cuerpo fisiculturista, es un pueblerino que le encanta el buen cine, habita diariamente un bar-café de la ciudad, se sienta a escribir o a leer cuando no tiene con quien hablar y espera al amor de su vida que, al parecer, viene cabalgando en una tortuga.

Director Creativo.